Hola, lectores. Hoy os escribo porque, después de cinco años en la Facultad de Medicina (camino de terminar, por fin), me siento saturado de comentarios y Reels de Instagram que idealizan el estudio de la Medicina, hablar con tus primeros pacientes, jugar a disfrazarse de médicos en el hospital, etc. No pretendo con este artículo romper las ganas de seguir un sueño de infancia de nadie o de estudiar una carrera universitaria que, a nivel profesional, no está excesivamente mal en comparación con otras; sin embargo, considero oportuno enseñaros una perspectiva personal que, además de una archiconocida y manida "Cara A", deja una "Cara B" que, desgraciadamente, tiende a ser ignorada y puede ser igual de real para muchas personas. Todo esto parte de una opinión personal fruto de los seis cursos de Medicina y, evidentemente, todos los estudiantes pasamos por experiencias diferentes que cambian el curso de nuestros estudios y nuestra vida profesional, en general. No obst...
Llega el momento de abrir la agenda, es verano y acabo de terminar los exámenes de Tercero de Medicina. Tengo mi aplicación de Calendario llena: en junio, prácticas en un servicio del hospital de mi ciudad; en julio, trabajo; para agosto queda un viaje a Alemania para realizar unas prácticas clínicas. Todo un verano delante de mí con un denominador común que, a razón del título del artículo, puede resultaros ya familiar: una ilusión de productividad. Digo expresamente ilusión, porque después de ese verano de desmadre clínico, se cierne sobre mí un año que comienzo agotado, acusando el desgaste de tres años de carrera, y finalizo Cuarto con menos ganas de estudiar que nunca y profundamente desmotivado. Mi primer verano como estudiante de Medicina, que era igualmente el primero como estudiante universitario, investigué a fondo y leí muchos artículos sobre “cómo debería pasar el verano un estudiante de Medicina”. Recuerdo que muchos hablaban sobre hacer prácticas en hospitales loc...